En perdidos sueños de una mujer nocturna,
las horas advierten una cruda velada,
el supuesto macho a llegado.
El vino, las copas y la cama se han desaparecido,
su dulce morada, la calle.
Y en ella, el pasar de los carros oculta el llanto,
las prendas caen como lluvia sobre la calzada,
el viento las arrastra la mujer grita y gime de dolor,
él no sé percata de lo sucedido...
Ahora él marcha,
deja el dinero camina y dobla hacia la izquierda
y el pasar de los carros sigue ocultando el llanto.
La mujer lentamente toma uno a uno los billetes,
seguidamente sus prendas;
Las horas continuan
y el llanto se mantiene,
la mujer se viste y
de nuevo cae sobre la calle.
G.A.F
5-07-09
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